HISTORIA DE UNA NOCHE -- Os contaré una historia con un final un tanto incierto…

Publicado en Facebook -- 25 de octubre de 2013

El cielo acababa de llorar, como si quisiera que yo hubiera llorara con él, aún estaba sollozando y el frío era penetrante, miraba por la ventana y deseaba salir a una actividad que desde hacía mucho no disfrutaba y a cumplir una promesa que le había hecho a alguien especial. Intentaba buscar compañía, ya que mis salidas sola no son muy productivas, pero mi búsqueda on-line de compañía fue infructuosa, las respuestas no fueron las esperadas. Pero algo en mi mente me decía que debía salir, que no podía seguir en el mismo circulo vicioso de... “si no tengo con quien salir, entonces no salgo”. Así que me arme de valor, tomé mi pequeño bolso, mi billetera y mi cámara, me arregle un poco el cabello y con determinación salí de mi refugio, mil y una idea cruzaban por mi mente y pensaba que tal vez algo malo podía pasar y que terminaría por regresar corriendo a mi refugio destrozada y llorando. En realidad no sé qué me mantuvo en pie, pero camine con determinación hasta mi destino.

La música ya sonaba, en realidad había poca gente, rostros familiares muy pocos, uno que otro, un tanto no agradables, caminé y deambule buscando un lugar donde pudiera ubicarme y estar un tanto protegida. Y encontré un lugar bastante protegido. Escuchaba la música, era realmente muy agradable lo que estaban tocando, muy hermoso, algo dentro de mí, no sabía que, quería bailar y bailaba al ritmo de las flautas, los violines y las guitarras. Comencé a mirar a mí alrededor, miraba los rostros de las personas y una sensación comenzaba a recorrer mi cuerpo, era desagradable, pero ese sentimiento ya lo conocía muy bien, sabía lo que venía y los pensamientos no se hicieron esperar.

Mi mente a veces trabaja más que una hormiga obrera, y es implacable en sus juicios. Mientras miraba todo el lugar y escuchaba la música mi mente decía: “míralos, míralos a todos, todos están muy contentos, míralos como sonríen, todos están muy felices... a ninguno de ellos les importa si la persona que tienen a su lado está sufriendo, míralos, todos tienen con quien compartir, todos tienen un amigo  con quien conversar, alguien con quien salir, un grupo de amigos que los acompaña donde ellos quieren ir, míralos todos... tienen una pareja, una persona a quien amar a quien abrazar a quien besar y tu ahí estás sola, ni rogando pudiste conseguir que alguien viniera contigo”. Poco a poco los pensamientos se hacían cada vez más duros y contundentes tan afilados como una espada. Entonces intenté recordar cual era la razón por la cual estaba en ese lugar, un amigo al que le había dicho que tomaría unas fotos. Así que traté de apartar esos pensamientos y silenciarlos de algún modo, pero era consciente de que estaba sola.

Observaba a mi alrededor, y miré aquel rostro que me resultaba familiar, aquel chico un músico, un clarinetista, a quien ya he observado en varias ocasiones, su cabello rubio en rastas, rapado a los lados, de piel blanca, rostro aniñado y tierno, con mirada cariñosa y dulce, que aquella noche llevaba un buso blanco de gorro, me sonreía con timidez y medio me dirigió un pequeño saludo, no sabía porque actuaba extraño, así que decidí mirarlo con mayor detenimiento, una parte de mi quería hablarle y tal vez conocerlo un poco más, pero algo me ataba al piso como un poste y solo decidí observarlo, sabía que algo podía pasar, tomé mi cámara y lo mire a través de ella intentando que no se diera cuenta que lo miraba con insistencia. Y ahí fueron apareciendo las razones por las cuales su mirada y su sonrisa fueron tímidas y su saludo apenas perceptible, aquella noche él ya estaba acompañado de una mujer, tal vez alguien especial y estaba en medio de sus amigos. Pensé que esa era  única razón, cuando salió a flote una razón más, un cigarro artesanal, de aquella hierba que te da felicidad según dicen algunos o que te permite estar en un lugar mejor que la realidad  o percibir una mejor realidad. En ese momento me desilusione y decidí dejar de observarlo, tome unas cuantas fotos de él tal vez para recordarlo o solo por fetiche y también unas fotos de los artistas que en ese momento se despedían.

Comenzaba de nuevo a sentirme vacía y triste, sola y aturdida. entonces la vi a ella, creo que ella, la hermana de alguien, no se percató de mi presencia y si lo hizo prefirió ignorarme, desee con todas mis fuerzas que desapareciera y con rapidez deje de verla, no sé porqué pero su presencia me trajo muchos recuerdos y un pensamiento aún más afilado: “ él vendrá, vendrá con su chica y me hará terminar aún más mal de lo que ya he estado, me hará ver cuán feliz es él sin mí y cuánto la ama a ella y no a mi” se me oprimía el pecho de solo pensarlo y pensé que perdería el control y que en aquel momento yo comenzaría a desmoronarme como siempre. Trate de no pensar más, de solo concentrarme en la música.

Al escenario subió algo un poco más folklórico, no muy de mi gusto, pero sonaba bien, no me importo quien lo interpretaba, aunque a decir verdad una de ellos no es de mi total agrado, pero es una buena artista. Seguía observando cual espía o agente de seguridad en aquel lugar desde donde casi podía ver todo el lugar y estaba un poco resguardada. Entonces me percate de otra presencia aún más familiar, con el ya he compartido en varias ocasiones y su compañía es buena pero… (Mejor así) lo observé una y otra vez, su silueta delgada y su altura, tu tez morena, y su cabello ensortijado a la altura de los hombros, con la mirada perdida y una sonrisa sencilla. Una parte de mi deseaba que él se diera cuenta de que yo estaba allí, otra parte lo vio como una tabla de salvación al nefasto pensamiento anterior y otra tan solo quería huir, ocultarse. Continué mirándolo intermitentemente, pensé que si me veía una compañía no me haría mal, fuera lo que fuera. Algo me decía que no debía ser él quien me acampara esa noche, en un intento desesperado por conseguir una compañía le envié un mensaje a alguien que ya me había manifestado no poder salir y que de hacerlo lo haría con su novia, en parte no perdía las esperanzas. Mire de nuevo y allí estaba el, acompañado por una chica, ¡oh! que sorpresa, y el pensamiento otra vez: “tú eres la única que sobra, tu estas sola y míralos a ellos, todos están acompañados”

Otra vez luchaba contra mí misma, contra mis pensamientos y contra este fatal y constante estado de ánimo, quería huir, salir corriendo, no ser vista por nadie y volver a mi refugio, quería ser invisible, (que digo, ya soy invisible), pero sabía que no debía irme, mi amigo aún no había tocado y se lo había prometido: unas fotos y unos videos. Tomé mi cámara e intenté distraerme pero mi mente seguía divagando en pensamientos y la sensación de incomodidad seguía presente, mire al chico de rastas que estaba concentrado con sus amigos y volví a mirar al chico alto de cabello ensortijado que se había acercado al lugar donde yo estaba. Por impulso le toque la cabeza y lo salude, algo me decía que no debí hacerlo, pero por otro lado una compañía no me caería nada mal, considerando como me empezaba sentir. El me sonrió ante mi extraño saludo y con rapidez me señaló que subiría al lugar donde yo estaba, asentí con la cabeza y en un instante estaba allí justo detrás de mi me saludo e intentamos conversar, pero por un lado la música no lo permitía  y por otro yo en realidad no quería hacerlo, así que solo crucé unas cuantas palabras con él, pero ya sabía que por lo menos tenía una compañía.

Me concentré en mi cámara y la música a tal punto que tarde mucho en percatarme de que mi celular estaba sonando, ya habían varias llamadas perdidas cuando lo mire... me retire por un momento para contestar porque la música no dejaba oír nada. Y allí estaba esa voz gruesa y ronca hablándome en tono de regaño, diciéndome que estaba cerca y que quería verme como me lo había manifestado hacía un par de días, le explique en qué lugar estaba y me dijo que en una rato subiría a saludarme. Una extraña sensación, en realidad muy extraña, con un tinte de emoción recorrió mi cuerpo y sonreía para mis adentros, con solo escuchar esa voz pude recordar aquel hermoso rostro.

Regrese con rapidez al lugar donde la improvisada y sorpresiva compañía de tez morena me esperaba, me sonrió y asintió. Volví a mi anterior posición, lista para tomar fotos. Y ahí estaba mi amigo, a quien le había hecho la promesa... lo salude, me sonrió, en realidad se alegraba de verme, sus ojos claros no me mentían (troll... te quiero amigo), yo estaba ahí por él. Le tomé unas cuantas fotos y se retiró con sus compañeros de banda y ya no lo vería más hasta estar en el escenario. Con todo mi corazón le deseaba lo mejor. Volví a mi anterior oficio, le sonreí a mi compañero y empecé de nuevo a observar, nada parecía haber cambiado, todo parecía seguir igual aparte de unas débiles gotas de lluvia que caían lentamente del cielo, de hecho él era el único que parecía predecir lo que pasaría. En la tarima anunciaron otro grupo y la música se calmó por un momento mientras los artistas tomaban su lugar en el escenario... los observe y ninguno parecía conocido y quien anunciaba los artistas confirmó la información, la banda venía de otro municipio. Se acomodaron con rapidez y comenzaron a tocar y a pesar de carecer de vocalista sonaban muy bien, bueno, yo amo el rock que puedo decir.

Y mientras mis oídos distraían mi dramático y nefasto pensamiento con la música, mis ojos que observaban con atención todo a su alrededor  se percataron casi de inmediato de aquella silueta que se aproximaba con rapidez, mis ojos vieron la luz cuando lograron distinguirlo y en ese momento perdí por completo la atención en la música, todo se silenció, solo podía observarlo, sólo él existía ante mis ojos, la calle se había vaciado por completo y solo estaba él caminando y yo observándolo. Su particular y hermosa forma de caminar casi sin percatarse del lugar donde pone los pies, y siempre con su estilo descomplicado, bueno tal vez un poco más de lo normal, su rostro lucía cansado y taciturno, triste, era un tanto diferente al que yo recordaba tierno, pícaro y sonriente, este era serio y parecía no importarle nada a su alrededor, llevaba el cabello mas corto de lo normal, pero amo ese cabello que cae pesado sobre su frente y se mueve con suavidad al ritmo de su caminar, a decir verdad se veía extraño pero seguía siendo y seguirá siendo la persona que yo amo.

Todo fue muy rápido y tal vez el ni siquiera se dio cuenta de mi presencia, iba muy distraído y caminaba con rapidez... y entonces cuando lo perdí de vista como un estallido sin previo aviso todo regreso, la música, la gente, las gotas de lluvia e incluso la basura y el bullicio, todo me atropello de un momento a otro. Empecé a tratar de controlar mis emociones, tenía mucho sentimientos encontrados, tantos, que no sería capaz de nombrarlos todos, mi corazón latía con fuerza, parecía que saldría corriendo tras él, sentía un extraña opresión en el pecho e incluso tenía ganas de llorar, parecía a iba a  desmoronarme en ese instante. Sabía que debía controlarme, trate de calmar mi respiración y mi corazón, necesitaba volver a estar en calma pero era muy difícil... la carga emocional era muy fuerte, sabía que mi cuerpo lo expresaba aún mejor, yo no puedo dejar de amarlo.

Las sensaciones eran muy fuertes, pero por primera vez en mucho tiempo recordé como ocultar mis sentimientos y logre controlar las ganas que tenía de llorar. Mire a mi compañía, me sonrió y señalo a alguien más que aparecía en el lugar. Un mono alto, de cabello corto, con presencia y de buen porte, con un vestuario un tanto más despreocupado de lo normal, cuando me vio me sonrió, sus ojos claros y su sonrisa siempre han sido un oasis en muchos momentos de mi vida, se acercó con rapidez y alegría, sonriéndome mientras caminaba y en un instante estuvo allí, me dio un fuerte abrazo y un beso en la mejilla como de costumbre, le pregunté por los asuntos que sabía que tenía pendientes en su vida, las noticias eran muy buenas por lo menos de los tópicos que hablamos, ante eso no pude evitar chocar los puños con él y mi corazón realmente se alegró por él.

Lo admito la presencia de este gran amigo me logro estabilizar en mucho después del anterior evento, aún continuaba sintiéndome extraña, pero podía manejarlo al menos eso pensaba. En el escenario una nueva agrupación subía  y esta vez los rostros por lo menos dos de ellos eran muy familiares, a decir verdad, verlos ahí me hizo pensar que no serían tan buenos como los anteriores así que les reste importancia mire mi cámara y el reloj, ya era muy tarde en realidad la noche era joven. Y mientras divagaba en mis cosas la música explotó como nunca, sonaba como un concierto de un gran banda, de inmediato me llamaron la atención y me concentré en la música, que me hizo recordar mis inicios en el rock, cuando aún estaba en el colegio y no encaje con las populares. Cada canción me hacía sentir cada vez mejor y me hacía rememorar esos increíbles años donde muchas cosas eran perfectas y no existían tanta preocupaciones. La interpretación de esos clásicos fue perfecta y me hicieron vibrar, aun puedo escucharlos retumbando en mis oídos “song 2” de Blur. Y definitivamente la música hizo un muy buen efecto en mi estado de ánimo y en mi pensamiento... no pude evitar tomar mi cámara grabar y tomar fotos como una loca. Nadie, incluyéndome, quería que dejaran de tocar, en realidad eran muy buenos y todos estaban disfrutando la música, incluso la disfrutaban más que yo, algunos sacudían sus cabezas y otros saltaban al ritmo de la música, poco importaba la lluvia que había pasado de unas cuantas gotas a una lluvia un poco más fluida.

El corto tiempo de aquella increíble banda que había enloquecido a todo el mundo llegaba a su final, aunque no lo quisiéramos, y mientras iniciaba otra canción y anunciaban la siguiente banda, la banda de mi amigo, mi nueva compañía el mono alto me pidió que le prestara el celular para llamar a otro amigo, realmente un gran amigo de esos que se están acabando y que se pueden contar en los dedos de las manos y me sobrarían muchos dedos. Un momento después y mientras la banda de mi amigo se acomodaba en el escenario, una pareja se aproximaba con rapidez y de inmediato pude distinguir esa estatura mediana de contextura delgada, cabello corto y rizado, con su cara seria como de costumbre, pero siempre tan expresiva, y su acompañante una desconocida para mí pero que es muy importante para él. Los vi detenerse antes de entrar en medio de la gente y cuando mi amigo mono los vio, salió de inmediato a recibirlos; ellos ya habían decidido ubicarse al costado contrario del lugar donde yo me encontraba. Entonces miré a mi acompañante moreno y le dije que debía ubicarme mejor para tomar las fotos, el decidió acompañarme. Pasamos justo enfrente del lugar donde se habían ubicado mis dos grandes amigos y decidí no acercarme, simplemente dedicarles una sonrisa y un saludo con la mano, en parte porque la presencia extraña para mí de cierto modo me incomodaba y además no era el lugar apropiado para hablar, aunque a decir verdad aún sigo necesitando esas extensas charlas con esos dos grandes hombres.

Luego busqué un lugar cerca al escenario y encontré un lugar perfecto, incluso una silla para pararme ya que mi estatura no es de mucha ayuda, estaba lista y mi compañero me sonría al verme parada en aquella silla, cuando de la nada 3 chicos nos ofrecieron un trago, conocían a mi compañero quien de inmediato aceptó el trago y en menos de un segundo lo desapareció, ellos insistieron en que me tomara un trago pero yo lo rechace por un lado el efecto del licor en mi estado es nefasto y por otro medicamente tampoco podía aceptarlo, insistí en rechazarlo incluso con varios chistes y ellos lo entendieron.

Y entonces escuche la voz de mi amigo, la razón por la que estaba allí de pie, la lluvia aun seguía cayendo con lentitud pero el ambiente era propicio para la música y el toque, como ellos lo llaman, comenzó, me dedique a tomar fotos y hacer vídeos con mi pequeña cámara no profesional, parecía una fanática tomando fotos y grabando todo. Las canciones y el sonido era espectacular y mi amigo lo hizo muy bien en su papel de presentador y baterista, las canciones sonaron increíbles entre ellas mi favorita "nada que pensar" de qbo y una canción de ellos (once more) que parecía escrita por mí y para mí "re-intentar". Y mientras ellos tocaban y disfrutaban en el escenario con su música la gente en la calle disfrutaba del sonido y de las canciones, poco les importo que la lluvia aumentara hasta convertirse en un torrencial aguacero. Yo estaba en un lugar resguardada del agua, pero un grupo de chicos siguió saltando y gritando en medio de la calle a pesar de estar siendo bañados por el cielo que parecía estar invitándome a llorar. Pronto la presentación terminó, en el fondo yo quería seguir tomando fotos a mi amigo y su banda pero la lluvia lo impedía.

Entonces miré a mi compañía que me dijo que fuéramos a tomarnos una aromática en un bar cercano y que él tenía una sombrilla, de inmediato acepte, pues mi cuerpo necesitaba una bebida caliente pronto. Sujeté su brazo y salimos caminando con rapidez, yo ni siquiera me percate de las personas que se quedaban atrás en el concierto. El agua caía con fuerza y el viento era fuerte y frío y hacia que la gotas de lluvia fueran más fuertes y veloces, en cuestión de unos segundos llegamos al café-bar, un lugar hermoso que a veces visito. La persona que atiende el lugar es una grandiosa y extraordinaria mujer, un verdadero ser humano en todo el sentido de las dos palabras. Cuando nos vio de inmediato sonrió y corrió a recibirnos, el lugar estaba medio lleno y yo no pude evitar mirar si alguno de los presentes me resultaba familiar. Buscamos un lugar cerca a la puerta donde pudiéramos hablar aunque la verdad francamente yo no quería hablar.

Cuando observé por primera vez las personas que allí se encontraban una silueta y presencia se me hizo muy familiar. El ademán al sentarse, el cabello negro la contextura gruesa y todo en sí de él se me hacía muy conocido, pero de inmediato no logre identificarlo, cuando ya me había sentado volví a mirar aquella silueta y esta vez de inmediato lo reconocí. Mi primo, aunque más que primo prefiero llamarlo amigo. El último gran detalle que tuvo conmigo hizo que me sintiera feliz de que compartiéramos un lazo de sangre; a él lo admiro por todas sus capacidades, pero sobre todo por la visión que tiene del mundo y de la vida. En un momento mi compañía de piel morena se retiró a fumar y yo de inmediato brinque de mi silla y fui a saludar y hablar con mi primo, así lo hice en dos oportunidades, ya que las palabras y anécdotas de mi primo siempre me hacen ver las cosas con otro tinte, además el solo hecho de hablarle y compartir con él me daba mucha alegría, pero no podía quedarme con él ya que había llegado con otra persona y debía regresar con él, y así lo hice. Un  rato después mi primo se acercó y se despidió y le dijo a mi compañía que me cuidara... en realidad no creo que alguien pueda cuidarme.

Por la ventana veía la lluvia caer, era constante y fuerte; y la luz de la calle hacia un gran efecto con el agua que caía y no pude evitar tomar un par de fotos. No quería hablar demasiado con mi acompañante así que no tratamos ningún tema en especial, por lo menos ninguno que yo recuerde. En mente tenía un asunto pendiente, la voz en tono de regaño no me había vuelto a llamar y yo quería verlo, así que tome el celular y le timbre, e inmediatamente me devolvió la llamada, aún estaba en el lugar que me había dicho inicialmente y me dijo que lo esperara un momento más pero la verdad yo no quería esperar así que le sugerí que yo iría donde él estaba y él aceptó. Sin pensarlo dos veces me levante y pagué la cuenta. Mi acompañante salió conmigo sin saber a dónde y con quien iría yo, creo que se tomó a pecho lo que dijo mi primo, y a pesar de la lluvia salió conmigo sin importarle que iría a encontrarme con otra persona. El agua corría por las calles, pero la lluvia había disminuido y en un andén un hombre yacía casi inconsciente, el licor ya había hecho su peor efecto en ese hombre. No pude evitar tomarle una estúpida foto no sé para qué.

Pensé que el parque estaría lleno de gente como es costumbre pero en realidad había relativamente poca gente y todos estaban en un solo lugar, metidos debajo de la carpa frente al tablado principal, pero ese no era mi destino y de serlo así hubiera salido corriendo a casa. Pasamos por un costado de ese atestado lugar y seguí caminado, mis ojos no paraban de buscar aquel hermoso rostro que nunca olvidare, pero no lo encontraba, una tormenta de ideas negativas cruzaron por mi cabeza. Alguien, un hombre de buen porte pero desconocido me miraba mientras tomaba su cerveza. Creo que mi rostro evidenció la decepción pues quien me acompañaba me dijo: "haz la llamada milagrosa". Inmediatamente se me iluminaron los ojos y se me alegró el corazón, tome el celular, busque el número y marque, lo deje timbrar en una oportunidad y colgué, seguí mirando a mi alrededor y no lograba ver a nadie, cuando de la nada mis ojos se cruzaron con la mirada de esos hermosos ojos brillantes y esa cara tierna. La alegría me invadió y lo salude, le presente a mi compañía que me pregunto si me quedaría allí. La respuesta fue inmediata sin importar la lluvia, si, allí me quedaría aunque no estaba muy segura pues era la primera vez que compartía con este hombre. Y ante mi segura respuesta quien me había acompañado durante un buen rato, se alejó caminando solitario bajo la lluvia, era injusto pero de alguna forma yo estaba en el lugar donde quería estar.

Al encontrarnos solos, mire ese rostro hermoso, tierno y cariñoso que sonreía tímidamente. El era un hombre de estatura similar a la mía, de buen físico, su piel clara y su rostro juvenil, de unos hermosos ojos color miel, labios delgados y un hermoso cabello que a pesar de estar humedecido por la lluvia tenía una perfecta posición. Con las manos en los bolsillos de la chaqueta se encogió de hombros y me presento al hermano señalandolo con la cabeza y para mi sorpresa era el hombre que me miraba extrañado tomado su cerveza. Más que quedarme con ellos era acompañarlos pues estaban solos, ellos no podían encontrar a las personas con las que habían llegado hasta la ceja. Me invitaron a tomar algo pero solo acepte comer un poco de mecato. Darnos a la tarea de buscar a dos personas en medio de toda esa multitud era como buscar una aguja en un pajar, sin embargo acepté acompañarlos a pesar de la lluvia, el frío y la hora. Comenzamos a caminar por todo el lugar y a revisar cada negocio, yo la verdad no tenía idea de a quien buscábamos y a decir verdad tampoco me importaba, yo solo caminaba bajo la lluvia y les indicaba el lugar donde estábamos. Comenzaba a sentir frío y solo miraba el hermoso rostro de aquel hombre y su tierna mirada y le sonreía, había algo en el que me decía que nada importaba, ni el frío, ni la hora, ni la lluvia, ni nada. Seguíamos caminando y el resultado en cada sitio era el mismo, no lográbamos encontrar a nadie. Yo me estaba comenzando a preocupar por ellos, ya que no tenían un lugar donde quedarse y la verdad yo ya conocía la respuesta de mi casa, en realidad ni para que la ofrecía, allá no había un lugar adecuado para ellos.

En un momento aquel hombre de ojos miel me dejo sola con su hermano, la verdad el hermano no se parecía ni un centímetro a él, este era una persona muy seria. Yo estaba tan concentrada en analizar la situación y por qué había terminado con ellos ya que no había una respuesta lógica para estar allí, y entonces no vi venir aquella oscura presencia, yo lo recordaba de otra forma, en esta oportunidad se me acercó por detrás y llevaba muchos tragos en la cabeza, tal vez algo de droga, pues las personas con las que estaba tenían drogas en su poder, tal vez es mejor no recordar sus palabras, y si en alguna oportunidad desee encontrarme con él, eso había quedado en el pasado, pues él ha demostrado y esa noche más que nunca demostró que no es y no posee ningún cualidad que de él como hombre pueda atraerme, por el contrario da la impresión de ser tan superficial que solo me provoca asco. Agradecí que desapareciera y en cierto modo lamente mucho haberle lanzado algunas expresiones fuertes, aunque fue la mejor forma de hacer que se alejara.

Luego de un momento regresó el chico de ojos miel empapado y con la noticia de no haber encontrado a nadie, su hermano fue ahora quien salió en buscar y me quede sola con este hermoso chico que me sonreía y tímidamente me miraba, estaba empapado y las gotas de agua corrían por su rostro,  no pude evitarlo y con mi buso seque las gotas de su rostro, intente arreglarle un poco el buso y el me miraba y sonreía, creo que yo me sonroje porque no pude seguir mirando su rostro, pero sobre todo sus ojos. Él me dijo que yo estaba muy fría y tomó mis manos entre las suyas intentando darme calor. Su temperatura era muy agradable, muy cálida y sus manos suaves, con delicadeza sujetaba las mías y cada cierto momento las presionaba con suavidad intentando transmitirme su temperatura. La sensación era muy agradable y pude olvidar por completo la gran mayoría de cosas que me entristecían, a veces lo miraba y cuando nuestras miradas se cruzaban solo sonreía. En un momento tomo mis manos y las llevo a los bolsillos de su buso, y entrelazo sus dedos con los míos, mientras lo hacía me sonreía y yo no pude evitar recostar mi cabeza en su hombro. Lo admito todo era muy agradable pude sentirme en cierto modo querida y feliz. Y allí estaba tomada de la mano de un extraño, de quien solo se su nombre y que lo más probable es que nunca lo vuelva a ver. El tiempo corría y yo no me percataba de ello, estaba mojada y en realidad no me importaba, pero la verdad era que a pesar de que este chico era tan agradable y me hacía sentir tan bien, habían ciertas cosas en el que no encajan en lo que yo quiero y la verdad no quiero darme a la tarea de cambiar a las personas, yo solo quiero a las personas como son y ya.

Y como todo debe terminar, esa noche no sería la excepción, al final ellos, el chico de ojos miel y su hermano no encontraron a las personas que buscaban y decidieron irse. Yo traté de despedirme lo mejor que pude pero el estaba extraño. Al final de la noche caminaba a casa con la satisfacción de haber salido, no fue la mejor noche pero por lo menos el resultado fue más alentador que el pronóstico. Aunque caminaba a la madrugada, sola, mojada, pensativa y sin la persona que amo a mi lado, tan solo un extraño recuerdo y una extraña sensación de alegría mezclada con tristeza y nostalgia me acompañaban a casa.

OCTUBRE 13 DE 2013

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