Comenzare por contarte una historia...

Comenzare por contarte una historia.
"Encontrar alguien con trastornos mentales similares a los tuyos no tiene precio"
Hace un par de días me encontré una niña vestida de negro, con una pequeña cámara en su mano, estaba sentada en la acera de un parque con la cabeza agachada, un par de puntos húmedos y el movimiento de su espalda me dijeron que lloraba en silencio, sollozaba pasito, como si no deseara ser escuchada. Me senté a su lado y ella ni se percató de mi presencia, escuchaba sus sollozos y no sabía que debía decirle, así que hice la pregunta más obvia:
¿Por qué lloras?
Ellas giro su cabeza sorprendida de verme sentada a su lado, de inmediato reconocí algo en su rostro, algo muy familiar, pero no pude asociarlo, y mientras yo estaba atónita ella se hecho en mi regazo y rompió a llorar, no sabía cómo consolarla así que solo la abrace y espere a que se calmara, pero parecía ser incapaz de parar de llorar, luego recordé que un chocolate siempre puede ayudar, así que busque en mi bolsillo y como viejo habito aún cargo todos los días un par de chocolates a la mano. Acaricie su cabeza y se lo entregue, ella me sonrió y comenzó a abrirlo para comerlo, sus ojos estaban empapados y su carita completamente mojada por las lágrimas, la seque un poco mientras ella se terminaba el chocolate y al ver que estaba más calmada volví a preguntarle:
¿Por qué lloras?
Ella me miro a los ojos y estos volvieron a llenarse de lágrimas y entre sollozos me dijo:
Perdí a mi mejor amigo. - Y siguió sollozando.
Entendía su dolor perfectamente, sabía lo que se sentía, y no podía dejarla ahí, y más con esa tristeza. Y le dije:
¿Quieres venir conmigo y hablar? - le tendí la mano y ella la tomo y me sonrió.
Tomo su cámara, nos levantamos juntas y empezamos a caminar. De camino le pedí que me contara la historia de su amigo y suspiraba como si eso le doliera.
Luego de caminar por unos minutos ella empezó a hablar entre sollozos y suspiros, parecía ahogarse:
"Lo conocí hace un año y es la mejor persona que he conocido en mi vida, al principio no pensé que sería alguien tan importante en mi vida, cuando lo conocí, me acerque a él solo porque me pareció lindo e interesante y en aquel primer instante algo me atrajo de él, pero con el tiempo el me hizo entender que era más importante y necesaria la amistad."
Yo quería llenarla de preguntas, porque parecía que esa historia yo la sabía a la perfección, pero decidí escucharla.
"Estaba obsesionada en pasar tiempo con el tanto tiempo como fuera posible, conocerlo era simplemente fascinante y el día que escribió esto: "Encontrar alguien con trastornos mentales similares a los tuyos no tiene precio" fue el mejor inicio para lo que sea que fuera lo que estaba empezando. Poco a poco comenzamos a confiar el uno en el otro a hacer planes juntos, y trataba de estar cerca de él, chateábamos casi todos los días, era como si necesitáramos contarle a otro todo.
Algunos secretos fueron difíciles de asimilar, pero él los convirtió en motivo de más unión entre nosotros, lo compartíamos casi todo, no importaba lo que fuera, música, libros, películas, tiempo, comida, incluso mascotas. Saber cosas de él me hizo entender porque era mejor ser amigos, y me convirtió en su mejor amiga.
Y como mejores amigos, le confié todos, todos mis fantasmas, todas mis tristezas, todos mis dolores, y a pesar de que ambos teníamos nuestros propios problemas, tal vez los de él siempre fueron más grandes que los míos, aunque los míos son aún más son más devastadores, porque me destruyen a mí misma y lo que amo, siempre encontrábamos la manera de compartir alegrías.
Los pequeños detalles se convirtieron las más grandes pruebas del cariño que nos teníamos, los dulces, las pequeñas cosas, manualidades, y los momentos vividos siempre fueron los más agradables, los más felices…"
Hizo una pausa y miraba su cámara con nostalgia, como si ella fuera la testigo de los mejores momentos al lado de esa persona, de su mejor amigo. Tomo aire y continúo...
"Compartíamos lugares y salidas, momentos especiales. Ya no tenía que buscar alguien con quien salir, porque estaba él y con el todo era agradable, un simple café o una aromática en el bar, una comida y música, un paseo, una caminata, un helado, una conferencia, él era mi compañía y yo trataba de ser la suya. El cariño con el que me trataba me hacía sentir la mujer más querida del mundo, las persona más importante, y así era yo era importante para él y él para mí.
Yo me preocupaba por sus cosas, por lo que le pasara, trataba de aconsejarle para que su vida marchara tranquila, y él se preocupaba por mis cosas me ayudaba en todo lo que más podía, tal vez hacía más de lo que yo esperaba y de lo que yo quería, aprendió a lidiar con mis dolencias, con mi estado de ánimo y me mantenía en pie, era como si su sola presencia fuera un calmante, y como si a su lado todo tuviera una solución. No tenía secretos con él, él lo sabía todo sobre mi, aun así el decidió quedarse a mi lado. Yo lo quería, lo quiero y lo querré, tal vez aún más de lo que debo y de lo que puedo, y tal vez de una forma indebida."
Y mientras ella hablaba me percaté de que su rostro tenía facciones muy familiares, vertía lágrimas constantemente y así se me hacía aún más familiar, y luego me fije en sus manos y vi ese anillo en sus dedos y comencé a entenderlo todo... y comente:
Ya tienes el anillo!
Ella se miró la mano y lo acaricio con ternura, como si fuera la herida más grande y dijo:
Esta es la única prueba que me queda de que todo ha sido real.
Y volvió a romper en llanto, de inmediato la abrace fuerte y le pregunte:
¿Qué paso, porque lloras?
Ella se secó las lágrimas con las manos me miro y dijo:
Ahora él tiene nuevos amigos, es muy feliz con otras personas, yo ya no le importo, lo que antes vivíamos y teníamos ahora lo comparte con otros, es como si me hubiera encontrado un reemplazo, como si mi amistad y mi presencia ya no fueran ni importante ni necesarias, es como si hubiera tomado lo que compartía conmigo y se lo hubiera entregado a otras personas, y como si ya no fuera yo su mejor amiga, sino que podía ser cualquiera. Ya no me cuenta sus cosas, todo se volvió un silencio y no quiero silencio de su parte, no quiero espacios negros entre nosotros, no quiero momentos de distancia, quiero que me cuente lo que paso en mi ausencia, que me haga participe de eso que tan feliz lo hizo. No importa si hay nuevas personas pero que la existencia de esas personas no signifique que me desplace, que me saque de la foto. Me duele mucho su silencio... quiero saber de el por su boca, que el mismo me cuente las cosas, y no que me las
cuenten otras personas, quiero que él sea feliz pero quiero compartir esas cosas con él. No quiero su vida atada a la mía, quiero que compartamos las cosas, quería compartir con él mi cumpleaños, mis vacaciones y que todos esos hermosos planes que teníamos juntos, los proyectos, y que las locuras las realicemos juntos. Porque entendí, que la vida no tiene sentido si no puedes compartir las cosas con las personas que quieres. Quiero hacer parte de su vida, y que los desconocidos se vuelvan conocidos y que me cuente sus cosas felicidades y tristezas con naturalidad, que todo fluya con naturalidad y que yo no tenga que lidiar de nuevo por un lugar a su lado, ese que ya tenía. Porque ahora me siento como si todas las demás personas fueran más importante que yo, como si tuviera que abrirme pasó en medio de ellas, como si hubiera perdido lo que me había ganado o ¿qué tan malo hice para que todo este así?
Le quiero y le necesito esa es la verdad, pero no quiero ser solo una más, quiero ser esa especial, su confidente, su celestina y lo que sea, pero que no sea solo alguien que se puede reemplazar. Él es quien me ha mantenido en pie durante todo este tiempo y a él le debo muchos de los milagros que han ocurrido en estos días en mi vida. Quiero ser su mejor amiga eso y ya. Y que él sea mi mejor amigo.
En su voz percibí miles de sentimientos: ira, enojo, impotencia, decepción, amor, cariño, ... todos juntos matizados por la tristeza y la melancolía. De pronto ella se detuvo tomo mi mano y miro mi anillo y me dijo.... tú....
Me miro atónita y le dije:
Sí, yo soy tu y no sé como pero todo va a estar bien,
La abrace fuerte y mientras ella lloraba... en medio de las lágrimas me dijo:
... ¿y él?...
No le dije nada, no podía responderle... no sabía que decirle...
Por qué él estaba ahí frente a nosotras con su cabello perfecto, su rostro hermoso y su simpática sonrisa, él abrió los brazos y ella se le arrojo a los brazos y lo abrazo como si se le fuera la vida en ello. Yo cerré los ojos porque se me venían las lágrimas, y en un momento sentí que alguien me rodeaba con los brazos, abrí los ojos y era el quien me abrazaba a mí, la niña ya no estaba, y yo tenía la cámara en la mano. El me abrazo, sonrió, beso mi frente y me dijo: ya pasó.
Y esa noche la pasamos hablando como si nunca lo hubiéramos hecho, claro que lo hacemos muy seguido casi cada noche, como ya es costumbre en esta casa, porque hablando se solucionan las cosas y compartiendo la alegría se multiplica y la tristeza se divide.

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