Profesor Lidenbrock

14 Sep 2014 - 10 Feb 2015.

Nunca pensé que tu fueras para mi, cuando te vi en aquella bolsa, en medio de una bomba de cristal y entre una hermosa caja que hacia juego con tus fabulosos colores. No pensé que alguien tan especial como él pudiera darme un detalle tan hermoso como tu. Eras tan pequeño y tan hermoso, tus brillantes colores y tus ojitos saltones, tu extraña boca que parecía siempre querer dar un beso y tus majestuosas aletas que parecían querer volar.

Tenia miedo cuando te pusieron en la pecera, pero moría por verte nadar a tus anchas, no sabia como cuidarte, recibí un par de instrucciones de quien te trajo a casa, pero tenia miedo de no saber como cuidarte. Apresuradamente busque agua apropiada para ti y te colocamos en la pecera, estaba feliz de verte nadando dando vueltas en la pecera, me enseñaron como alimentarte, asearte y cuidarte. Estaba fascinada de verte nadando, me encantaba ver tus colores brillando y dando hermosos visos con la luz, no me cansaba de mirarte... era tan relajante y emocionante verte, tan pequeño y tan vital, tan intocable, tan débil...

Pasaban los días y yo aun tenia miedo de no proveerte de un lugar apropiado para vivir, temía que te murieras en los primeros días, busque e investigue para aprender como cuídate apropiadamente. Entraba en pánico cuando no comías y no sabia que hacer, llamaba a mis amigos, desesperada pensando en que morirías, ellos siempre me ayudaban dándote migas de pan, tostada y galleta, y así comías un poco, luego descubrí que te gustaba el alimento costoso... barato en mis términos.

Cada día que pasaba te veía crecer un poquito mas, y eras feliz nadando, a veces brincabas fuera del agua y si bien al principio me asustaba luego entendí que era una forma en la que tu expresabas tu alegría o algo así alcance a entender. Con el tiempo aprendí que no te gustaba cuando se te asomaban a tu pecera ... pues mostrabas tu cara completamente exaltada exhibiendo tus agallas, tal vez te volviste territorialista como tu vecino. Y hablando del vecino, supongo que el siempre quiso jugar contigo, solo que al igual que yo nunca supo hacerlo.

Había pensado que te sentirías mas cómodo si tu pecera tenia algunos adornos, así que busque algo apropiado para ti, unas cuantas piedras, naturales fue la mejor opción, y un par de adornos, (lastimosamente no pudiste disfrutarlos por mucho tiempo) tu pecera parecía nueva, y tu hermoso como siempre. Sabia que lo disfrutabas, al principio oía como con tus aletas movías las piedras del fondo de tu pecera y ese sonido era como un pequeño cascabel, a veces te encontraba recostado sobre las piedritas como si ellas fueran una cómoda cama para ti. Era hermoso verte ahí recostado, pero siempre alerta. 

Lo admito era una histérica, entraba en pánico cuando te ocultabas en las orillas de la pecera y no podía verte, siempre pensaba lo peor sobre tu vecino, pero era un alivio ver tu reflejo en el agua, aveces pequeño, a veces grande, a veces deforme, pero eras tu. Me encantaba usar mi dedo al rededor de tu pecera para llamar tu atención, sabia que eso no te gustaba pero era la forma de hacerte nadar apresuradamente moviendo las aletas como tanto me gustaba. 

Todos en casa te queríamos y te queremos mas de lo que puedas imaginar, incluido tu vecino, que inocentemente siempre quería jugar contigo, pero nunca supo como. Eras tan pequeño y tan hermoso que te ganaste nuestro amor, uno que desbordaba tu pecera. Siempre pensaba que necesitabas mas comida, revisábamos tu pecera y trataba de mantenerla limpia, me ocupaba de que el agua para ti fuera apropiada. 

Espero que puedas perdonar mi descuido mientras limpiaba tu casa y que perdones también a tu imprudente vecino por los momentos de angustia, desespero y dolor que te causo, perdónalo porque en su inocencia y necedad te provoco la muerte. Y perdóname a mi por descuidarte, por no haber llegado a tiempo contigo. En aquel momento de desespero y tristeza no supe que hacer, no sabia como auxiliarte, ni como evitar tu muerte, trate tan solo de proveerte un lugar tranquilo para morir, fue doloroso ver por ultima vez mover tus frágiles aletas, y los espasmos de tu cuerpo. 

Perdónanos por no haberte sabido cuidar. Siempre te recordaremos y tendrás un lugar en nuestros corazones y en nuestra mente. Y donde quieras que estés en el cielo de los peces, tu vecino, Zosio, te extraña y a veces visita tu casa vacía, buscando tal vez volverte a ver. 

Te quiero Profesor Lidenbrock. 

Comentarios

Entradas populares