La Casa de los Sueños III -- (Un Regalo)



Ellos caminaban y se desviaban en medio de nosotros, sonreian y hablaban, parecían cantar. Era maravilloso tenerlos entre nosotros, poco a poco sus voces y pasos se iban convirtiendo en música para nuestros oídos, nos daban vida, esa vida que habíamos olvidado que existía, y en su caminar llegaron a un lugar que algunos de nosotros habíamos olvidado, el lugar donde uno de nosotros había caído, era nuestro cementerio, ese lugar de paz donde el cuerpo de nuestro hermano había visto el final, aun se podía ver entre la tierra su cuerpo consumido por nuestros hermanos mas pequeños y por otros animales, porque cuando nosotros caemos, morimos y cuando morimos... regresamos a la tierra y si tenemos suerte renacemos.

Y ahí estaban ellos, ignorando que ese era nuestro cementerio, de pronto de la nada él se detuvo como si algo le hubiera disgustado, soltó todas las cosas en el piso, miro a nuestra niña que estaba parada al lado de uno de nosotros y le dijo algo muy rápido y los dos al tiempo comenzaron a correr entre nosotros, ella huía de él y se reía , como si algo fuera muy gracioso y nosotros no lo entendíamos, él corría mas rápido que ella, también entre mil risas, ella volteaba para atrás ocasionalmente para cerciorarse que él no la alcanzara, parecía una carrera de nunca acabar; a veces ella se ocultaba en medio de nosotros y asomaba su carita sonriente para jugar con él y él se detenía y le jugaba como si fuera a seguir corriendo.... y en un momento nuestra niña corría y volteo a mirarlo a él mientras corría y de golpe su pie choco en una de nuestras raíces y su cuerpo perdió el equilibrio y se cayo, todos miramos y lamentamos su caída, pero al instante, antes de que pudiéramos siquiera suspirar, escuchamos su risa entrecortada en cortos lamentos, y al momento llego él, se agacho, la tomo en sus brazos y la abrazaba con ese hermoso sentimiento que los humanos tienen.

Él comenzó a caminar con ella en brazos, ella se abrazaba a él y recostaba su cabeza en el pecho de él, la llevo al lugar donde habían dejado las cosas y con delicadeza puso el cuerpo de ella en el piso, cruzaron un par de palabras, se sonrieron y él le revisaba las piernas y las rodillas, cuando termino acerco su rostro al de ella y le rozo la mejilla con sus labios, ella se sonrojo, como si eso le produjera algo mas que agrado. De repente, él se puso en pie y luego ella , él retiro los bolsos un poco de el lugar y ella se le acerco, él le paso una tela doblada y ella la abrió, era muy grande, la cubría por completo y en un movimiento rápido de sus brazos la hizo elevarse por los aires con un extraño ruido y esta pronto fue cayendo de forma ordenada y lenta hasta quedar completamente tendida sobre nuestra grama, extrañamente nos hacia cosquillas y nos daba calor, el chico se quito los zapatos y se paro sobre la manta, se sentía mas agradable, puso los bolsos en una esquina de la manta y en el centro comenzó a poner lo que nosotros conocíamos como comida, pues muchas veces habíamos visto a los humanos comer, pero esta vez era una comida diferente, un liquido en recipientes que impedía que fluyera por la manta y unas extrañas preparaciones envueltas en un papel blanco. Nuestra niña también se había quitado los zapatos y mientras él sacaba la comida, ella se había sentado sobre la manta, frotaba sus rodillas y parecía que que aun le dolían de la caída anterior, el chico se sentó a su lado y le dio la comida y tomo su porción, compartieron la comida en un agradable silencio y entre sonrisas.

Mientras ellos comían, los observamos nuestra pequeña niña era delicada y tierna y el chico era un poco mas fuerte que ella, su cuerpo era mas grande que el de ella, parecía que podía protegerla de lo que fuera, pronto él termino de comer y se levanto, comenzó a caminar rodeando la manta y le hablaba a nuestra niña que aun no terminaba de comer, parecía que él buscaba algo mientras caminaba y de un momento a otro nuestra niña estaba sola en medio de la manta, con todas las cosas, pero aun se escuchaba la voz de él y otros de nosotros lo observábamos a él en otro lugar. Una maleta aun permanecía cerrara en una esquina de la manta y a su lado una bolsa , esas cosas brillantes ruidosas y oscuras que nunca desaparecen, que son toxicas y que nos tardamos tanto en digerir, pero su contenido era especial, por entre ella alcanzábamos a ver una pequeña hoja, prendida de un tallo delgado y delicado, nos esforzábamos por ver el contenido de esa siniestra bolsa, ¿uno de nosotros estaba atrapado ahí?

Cuando nuestra niña termino de comer, se acerco gateando hasta la bolsa, y de una forma extraña descubrió uno de nosotros, era débil y pequeño, aprecia que tan solo tenia un par de meses de vida, nuestra niña lo acariciaba y parecía que cuidaba de él, lo saco de la bolsa y lo cargo, se puso de pie, tomo la bolsa, parecía que aun había contenido en ella, temíamos por la suerte de nuestro hermano pequeño, porque aunque estemos separados por mucha tierra todos somos hermanos. Ella comenzó caminar en medio de nosotros, podíamos acariciar sus pies, parecía que buscaba algo, hasta que escuchamos que el hombre la llamaba de un lugar distante, y cuando miramos, nos percatamos que él había llegado a nuestro santuario, estábamos tan absortos en nuestra pequeña que no lo vimos llegar, temíamos lo que él pudiera hacer allí. Nuestra niña llego allí guiada por la voz de él, cuando llego puso una cara extraña, pero cuando él le señalo un lugar ella sonrió, como si le gradara.

Esperamos con temor, tratando de prever cada movimiento, confiábamos en nuestra pequeña, pero no en él. Ella se sentó en el piso y saco todas las cosas de la bolsa, y puso al pequeño en su regazo, miramos detenidamente las cosas, eran herramientas... las conocíamos... algunas veces las habiamos visto, pero estas eran mas pequeñas no parecían ruidosas, pero temíamos por lo que pudiera pasar con el pequeño. Él se acerco y tomo un par de herramientas, se alejo y comenzó a rasguñar nuestra tierra, no era doloroso,era extraño, parecía que nos hacia cosquillas, nosotros mirábamos a nuestra niña que tenia cargado al pequeño, en un instante el chico tenia un hueco abierto en medio de nuestra tierra por el cual nos entraba frió, nuestra niña con delicadeza libero las raíces del pequeño de una bolsa que lo oprimían y delicadamente lo puso en el hueco y con sus manos corrió de nuevo nuestra tierra , hasta llenar el espacio que había al rededor del pequeño, cubrió sus delicada raíces , ahora el hueco parecía una colina en miniatura. Ella sonreía y tenia las manos untadas de tierra, tomo una botella que el chico tenia en el piso y vertió el contenido al rededor de tallo del pequeño, para que él la tomara y entonces comprendimos, ellos nos trajeron al pequeño como un regalo para que lo adoptáramos y él creciera con nosotros.

A ella le parecía gracioso, muy gracioso, tener sus manos llenas de tierra, entonces las extendió hacia la cara de el chico e intento tocarlo, pero él no se dejo, retiro su cabeza y la tomo de los brazos, la acerco hacia él y toco la frente de ella con sus labios y ella no paraba de reír. Entonces comenzaron a recoger todas las cosas, incluso esas bolsas molestas, empacaron todo, miraron al pequeño y sonrieron mutuamente. Nos desentendimos de ellos por completo, estábamos absortos con el pequeño que dormitaba, era tan pequeño, tan frágil, tan delicado, sus hojas eran pequeñas y diferentes a las nuestras. Continuábamos sintiendo las pisadas de ellos que se alejaban del santuario pero todos queríamos ver al pequeño.

Mirábamos ocasionalmente al lugar donde ellos estaban, pero estábamos pendientes del pequeño, Sus pisadas se detuvieron y sentíamos un gran peso sobre nuestra grama, luego sentíamos unas pisadas de regreso, eran livianas, era nuestra niña, ella apareció en escena con su aparato extraño para mirarnos, miraba al pequeño en la pantalla y a nosotros con él, luego de un rato ella se fue con su aparato, algunos de nosotros nos quedamos observando al pequeño, y otros la seguimos a ella. Cuando llego a la manta, el chico estaba acostado sobre ella, ese era el peso que sentíamos en nuestra grama, parecía dormido, ella lo miro con su pantalla, luego la coloco a un lado y recostó su cuerpo al lado de él, cuando él la sintió, extendió sus brazos y acerco el cuerpo de ella al de él, ella cerro los ojos y se durmieron.

Intermitentemente los observábamos a ellos y al pequeño... hasta que de la nada sonó un estruendoso aparato y brillaba en medio de los bolsos, aturdía todo a su alrededor, hasta que él se levanto y lo apago, la abrazo a ella, le dijo algo que a ella no le gusto y empezó la maratón, se sentaron, se colocaron los zapatos, empacaron las cosas, se pusieron abrigos encima, doblaron la manta, la guardaron, se colgaron los bolsos en la espalda, caminaron a la salida, saltaron la reja, se subieron a la moto, la encendieron, tomaron la carretera y se fueron a gran velocidad, los observamos hasta que la carretera se escondió entre las montañas.

Y con lentitud volvimos los ojos al pequeño que aun dormitaba. Y ahí estaba él, tranquilo en medio de nosotros.

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