Del Final

El sol brillaba radiante sobre todo el lugar, ningún rincón podía escapar de su luz y calor, excepto aquel pequeño pedazo de pasto bajo las ramas de ese árbol, parecía que alguien había olvidado algo justo allí al pie del tronco de aquel majestuoso y gigantesco árbol, era como una gran bolsa de tela llena de algo en apariencia muy pesado, el viento la movía o hacia correr ondas por entre la bolsa de tela, pero las ondas eran acompasadas con ritmo extraño, por momentos temblaba, otras como si algo la hiciera estremecer y luego se distensionaba como si se desarmara por completo. Pero no era el viento quien lo movía, desde lo mas profundo se escuchaban los sollozos profundos y melancólicos... intentando ser callados, pero se escapaban gemidos de dolor, como si estuviera sufriendo con cada inhalación, como si se rompiera en cada latido, era como si estuviera conteniendo el llanto que presionaba por salir desde lo mas profundo. El ser allí acurrucado ocultaba su rostro con la manta, y con dificultad respiraba entre sollozos y gemidos, se abrazaba a si mismo, intentando permanecer unido. Pero la verdad era que los pedazos de su corazón estaba ya esparcidos por todo el lugar aunque nadie pudiera verlos.

De cerca, se podía apreciar la silueta de aquel cuerpo que se formaba por sobre la manta. Era una mujer delgada y pequeña quien se cubría con la manta y ocultaba su rosto, el sol no la tocaba y nada de aquel lugar podía tan solo calmarla, Permaneció por horas en aquel estado, pues todos ignoraban su presencia y más aun su estado. Su corazón estaba roto, y nadie podía juzgarla por aquello, eran solo los efectos secundarios de vivir. Entonces se incorporo, se sentó y arrollo la manta con sus manos, hurgo en un pequeño bolso que estaba bajo manta y extrajo un par de cosas, limpio su rostro pálido de descompuesto por el llanto, limpio el maquillaje que se había corrido a causa de las lagrimas, cerro los ojos y bajo los brazos del rostro, respiro profundo, como si cada actividad implicara un gran esfuerzo para ella, pero la verdad era que sobrevivir con el corazón destrozado implicaría mas esfuerzo que limpiarse el rostro, Volvió a inhalar y comenzó a recogerse el cabello, por entre su ropa alcanzaba a verse la silueta de su delgado cuerpo, mientras estiraba los brazos para acomodarse el cabello, cuando termino recogió sus cosas y aun estando sentada doblo la manta y la colgó en el asa de su bolso, se puso de pie, respiro profunda y lentamente y comenzó a caminar.

El sol estaba a sus espaldas y proyectaba la sombra de su cuerpo frente a ella, caminaba lento y pausado, arrastraba con ella el peso de ese corazón, ya no flotaba ni volaba como antes. Su rostro no reflejaba ninguna emoción mas allá de una profunda tristeza.

Me preguntaba... ¿Qué puede curar un corazón roto?

Entonces.... Él la toco...

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