Un Cuento de Soledad.

Aun sentía el sabor amargo y dulce del vino que acababa de tomarme, tenia la copa vacía frente a mis ojos, aun pensaba ¿que estaba haciendo allí?, ¿porque había terminado en aquel lugar? y la respuesta era clara... buscaba alguien que me escuchara y me brindara un consejo o solo consuelo, pero el rostro familiar a mi lado solo hizo la pregunta inapropiada que no debía:
 - ¿como va el amor?
Y como si esas hubieran sido las palabras mágicas los ojos se me llenaron de lagrimas, y se derramaron por mi rostro como si fueran torrentes, omití cualquier sonido que pudiera salir de mi ser y me limite a limpiarme el rostro. Para cuando regreso la persona con la que debía hablar, ya estaba mas tranquila, pero ya no se podría hablar, había otra cosa por hacer.

Allá estaban ellos, esperando a mis acompañantes, yo recibí una extraña bienvenida, pero mi presencia era invisible, a veces desapreciara y por momentos cuando la luz me tocaba mi presencia resurgía en medio de ellas. Por momentos no pude contener las lagrimas, y a pesar de que ellos trataban de consolarme eran palabras al viento, no sabían ni la mitad de lo que tocaba mi corazon. Me calmaba por momentos y trate de involucrarme en el grupo  pero era inútil, cuando no perteneces a un lugar o a un grupo por mas que pretendas, hacer parte, siempre seras la ficha que no encaja y eso era yo, la ficha sobrante, recibía su cariño, comprensión y participaba en sus cosas, pero yo no era parte del grupo.

Y tal cual como salí de casa, regrese... sola.

Cuando me acomode en la cama, pretendí quedarme dormida, pero no podía, intentar no llorar pero me ahogaba y no podía respirar, permanecía en silencio para no molestar a los demás habitantes de la casa, pronto sentí que el pequeño animal se acomodo a dormir a mis pies, y luego se aproximaron ellos a la cama, mientras yo permanecía inmóvil, abrigaron mi cuerpo y besaron mi frente.

Entonces entendí... que no necesitas pertenecer a algo grande, que no necesitas muchas personas a tu al rededor, puedes solo pertenecer a una pequeña familia y allí, solo allí estarás bien, en tu cama al lado de tu pequeña familia.

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