Conocerte...
Mi clase había terminado un poco antes de lo esperado, y yo no estaba segura de si él vendría. Tal vez no lo haría, pero yo aún tenía esperanza... No había mirado a mi alrededor y tampoco lo había notado, pero cuando terminé de organizar mis cosas sentí que alguien me observaba, alce la mirada y desde lejos lo vi. Su mirada tranquila y su hermosa sonrisa. Me despedí de mis compañeros y mi profesor y sin fijarme en nada caminé hacia él. No tenía necesidad de confirmarlo, yo no lo conocía, era la primera vez que lo veía personalmente, pero estaba segura de que era él.
Cuando me pare frente a él, él sonreía y yo también, supongo que mi cara no podía ocultar la emoción de conocerlo, le salude con un simple “Hola” y él respondió igual casi de inmediato, seguimos sonriendo como idiotas y fue como si el tiempo se congelará a nuestro alrededor. Él rompió el silencio y me pregunto cómo estaba, yo respondí que bien entre sonrisas y de inmediato me dijo: “¿te ayudo?” y no me dio tiempo de responder ya estaba tomando mi morral y sin pensarlo dos veces lo colgó en su espalda.
“¿Qué deseas hacer?” fue su pregunta, la verdad mi mente estaba en blanco, había olvidado incluso si estaba cansada o si tenía hambre. “No lo sé”, le respondí con una sonrisa a la que él correspondió como si fuera una extraña broma. “Vamos a comer algo, ya es hora de almorzar”; me dijo y señaló un camino, yo volteé y comencé a caminar sin saber a dónde iba, pero saber que no iba sola era suficiente. Cuando llegue a la esquina no sabía a dónde seguir, voltee para preguntarle y él estaba ahí tras de mí, “¿A dónde vamos?” pregunté y él sonrió pronunciado un “no lo sé” y yo le devolví la sonrisa entonces sin pensarlo dio un paso hacia mí y me abrazo.
Ese abrazo me tomo por sorpresa y lo cambio todo. Fue un instante perfecto, sus brazos rodearon mi cuerpo con facilidad y los míos le correspondieron sin dudarlo. Mi cuerpo encajaba en el suyo a la perfección como si fuera dos piezas de un mismo juego, mi corazón se aceleraba un poco y solo me deje llevar, cerré los ojos y por un instante solo disfrute de su calor, de su abrigo y de estar ahí a su lado. Fue nuestro primer abrazo y sentí que con eso era suficiente, que con ese recuerdo podría vivir. Mi mente se estaba yendo en divagaciones cuando su voz me interrumpió diciendo: “Vamos a ese restaurante”, mientras acariciaba suavemente mi cabeza y cabello. Levante el rostro y le miré y noté una ternura y una emoción que parecía similar a la mía, solo asentí, y abrimos los brazos al tiempo para comenzar a caminar.
No importaba el lugar donde fuéramos, solo me bastaba compartir un momento y un espacio con él. Es más, podía ser solo un vaso de agua en su compañía y eso me haría inmensamente feliz. El restaurante seleccionado un poco al azar era una casona grande y vieja pero hermosamente conservada, se ingresaba por un pasillo que a lado y lado tenía salones con mesas bien dispuestas y terminaba en un patio interno central a su alrededor en los corredores había mesas bien dispuestas y ordenadas. De la nada se nos acercó una chica y nos mostró un poco el lugar, preguntando al final si deseábamos una mesa en un lugar un poco privado o si deseábamos el ambiente de picnic en la parte de atrás de la casa. Él me miró y sonreímos al percatarnos que los dos queríamos la zona de picnic, caminamos tras la chica que nos guio hasta el fondo de la casa, atravesamos un pasillo y cerca se podía escuchar el olor de la cocina. “Parece que tienen la zona verde para ustedes solos” dijo la chica, nos ubicamos en un lugar cerca de un árbol, con buena sombra.
Cuando menos pensé él había puesto mi bolso en el piso y miraba a su alrededor, en efecto estábamos solos, yo estaba acomodando mi cabello cuando él se me acercó y me dijo... “eres más linda en persona, es un placer conocerte”. Quede un poco apenada... no sabía que decir.
“Un placer conocerte” le respondí... nos miramos y nos sonreímos mutuamente. El procedió a sentarse y me miraba con una ternura indescriptible, como si viera algo más o como si estuviera procesando algún otro sentimiento.
Yo por mi parte intentaba no mirarlo, estaba sonrojada, pero deseaba mirarlo. “¿Qué te gustaría comer? me pregunto... “no lo sé” le dije, mientras me sentaba cerca de él. Instintivamente tomé mi morral y empecé a hurgar en mis cosas. Buscando algo que no encontraría ahí mientras él miraba la carta, la extendió hacia mí para que yo también pudiera leer. Ahora tenía varios problemas, mi sentido común no estaba en mi morral, no sentía hambre y no deseaba nada más que estar ahí a su lado.
Leí un par de cosas en la carta, tal vez algo podría comer. Él se acercó a mí y me decía: “¿Tienes mucha hambre? Le respondí que quería algo pequeño. Y empezó a hacer sugerencias. Era muy atento y de verdad estaba interesado en que yo estuviera cómoda. Opte por uno de mis pequeños favoritos... y espero que el también escogiera algo que el disfrutara.
Ya sabiendo que pediríamos, dejo la carta a un lado y comenzó a sonreír, y me pregunto: “¿Qué buscas en tu bolso?”, la verdad no me había percatado que mis manos seguían buscando mi cordura dentro de ese moral. “No sé”, le respondí. Él ya se había dado cuenta y me dijo... “estas nerviosa ¿verdad?” “Si, un poco” le dije, la verdad estaba mucho más nerviosa de lo que podía reconocer, había esperado con ansias el momento de conocerlo, y al fin estaba ahí, frente a él. “Si quieres puedes tomar fotos” me dijo, “no me molestaría verte hacerlo”.
Esa fue una gran idea. Al menos esa actividad me mantendría tranquila y distraída, busque la cámara y me refugie en ella, en ver el mundo a través de ella. Él estaba en silencio y me observaba, me di cuenta porque más de una vez noté que lo hacía. Cuando la chica de servicio regreso a tomar el pedido, él muy caballerosamente hizo el pedido para los dos.
“Espero que no te moleste que pidiera por ti, pero te vi tan concentrada en tu cámara que no quise interrumpirte”, me dijo. “Muchas gracias” le respondí. “Muéstrame tus fotos” me pidió, le mire al rostro, y note que en realidad estaba interesado en ellas. Baje la cámara y le extiende la pantalla para que el pudiera ver. entonces él se acercó a mí y casi me abrazaba, inclinaba su cabeza muy cerca de mí. y cuando menos lo pensé sus labios estaban rozando los míos, delicadamente me quito la cámara de las manos y me abrazo llevándome cerca de su cuerpo, me besaba con delicadeza y suavidad. Sus brazos rodeaban mi cuerpo y perdí el control y la cordura,
Entonces sin pensar en nada más, en el todo y la nada que sabia, o en las consecuencias, me abracé a él y le correspondí ese beso lleno de ternura y me sentí absolutamente amada. Me acomode en sus brazos y me deje llevar por sus besos, mi corazón se aceleró y dejaba de respirar por momentos. En cierto momento él dejo de besarme y solo me abrazaba, entones suspire con fuerza, mi cuerpo perdió el aplomo y me relaje en sus brazos.
El me pregunto “¿Estas bien? y las únicas neuronas que hicieron conexión en mi cabeza dijeron: “espera, que me muero de emoción”. entonces él se comenzó a reír y me abrazaba con intensidad, acercándome más a su cuerpo mientas se reía y cuando la risa disminuyo me dijo: “me haces el día, eres muy divertida e interesante... ahí vas… haciéndote inolvidable en mi vida”. Yo solo sonreía, estando en sus brazos, con una tranquilidad y comodidad que no conocía. Me quería quedar allí para siempre…
Comentarios
Publicar un comentario